La Argentina, un país sin pimienta
En el país no se produce esa especie. Se gastan unos 13 millones de dólares en importarla.
La Argentina es un país sin pimienta. La frase puede sonar ofensiva, sobre todo en estos días colmados de fútbol. Pero debe ser leída en sentido literal: aquí no hay pimienta pues por razones climáticas resulta muy difícil encarar su producción y por eso hay que importarla en gran cantidad. En 2013 se gastaron casi 13 millones de dólares en esa legendaria especie. Se la trae de Brasil.
La pimienta sin triturar es el principal producto de importación en el rubro de hierbas aromáticas y especias. Resulta curioso tratándose de alimentos, pero en ese capítulo la Argentina es claramente deficitaria. En 2013, según un informe del Ministerio de Agricultura, exportó ese tipo de productos por 11,4 millones de dólares, pero los compró por 41,5 millones. La pimienta representó una cuarta parte de esas importaciones, que se completan con azafrán, boldo, orégano y semillas de mostaza.
En realidad, la pimienta que se trae a la Argentina es una de las 700 variedades que existen, por lejos la más difundida de todas, llamada "Piper Nigrum". De ella, mediante distintos procesos industriales, se obtienen las pimientas blanca, negras o verdes que más demanda el mundo. Como no hay producción nacional, el consumo interno equivale a ese flujo de importación. En 2013 fue de 1.007 toneladas.
Es un volúmen ínfimo de la producción mundial, que se ubica por encima de las 2 millones de toneladas. Como la especie comenzó a cultivarse en la India unos 600 años A.C., vulgarmente se piensa que ese país es todavía el mayor productor mundial. Pero en el ránking de la FAO (Naciones Unidas) aparece desplazado al tercer lugar, pues lideran Vietnam e Indonesia. Como cuarto productor de pimienta aparece Brasil, el único latinoamericano, gran proveedor de la Argentina.
La importación de la pimienta en la Argentina cae porque cuesta mucho, y no se puede producir en el país por condiciones climáticas
